No recuerdo dónde ni cuándo encontré esta cita que te traigo hoy, pero me gustó, la transcribí a mi cuaderno de notas y el otro día se me ocurrió compartirla contigo.
Me gusta porque creo que está en lo cierto. O, al menos, coincide plenamente con mi percepción.
Digamos que yo, como John, también intento descifrar los «mensajes ocultos» de un cuadro, los tenga o no, y tomándome el privilegio de pensar que su autor los puso ahí pensando en mí y solo para mí.
En todo caso, me los invento buscando los significados que mejor me convengan en ese momento, cuando las palabras se quedan cortas y entonces aparece un lenguaje que va directo al alma a través de los colores y las formas.
Lo cierto es que me hubiera encantado tener el don de la pintura para expresar con ella lo que con las palabras no llego. Mi alternativa es una carpeta en el ordenador con «mis» cuadros e ilustraciones favoritas, aquellos que me hablaron y me siguen hablando y a los que regreso cuando necesito un consejo que me ilumine, una clave que me ayude a avanzar, una pincelada de belleza o un instante de inspiración.
Creo que, como los libros, las pinturas están ahí para «hablarte» y abrirte miras . Unos, cuando los lees; las otras, cuando las admiras.
OBJETIVO 1: Recordar algún cuadro que te impactara en su momento. ¿Qué te dijo?
OBJETIVO 2: ¿Qué pintura te identificaría más en esta etapa de tu vida?
CATEGORÍA: Palabras con un punto pictórico.