Desconozco la autoría de la fotografía, de quien es la reflexión y a quién se le ocurrió plasmarla en el muro, pero me siento agradecida a los tres por esa nota recordatorio, a lo pos-it callejero.
Es más, estoy por perderme por Perú (si la camiseta es una pista de su ubicación) y buscar el mensaje en cuestión para escribir un «Sí, ¡bailemos!» justo debajo, como sellando un compromiso a bailar aunque sea debajo de una lluvia tormentosa.
¿Acaso bailar no alienta nuestros espíritus? Bailar, disfrutar, tener una buena actitud…
De mientras, tengo la fotografía impresa y colgada en un corcho. Me va bien toparme con ella en esos días en que pienso que la vida es una estafa (y eso que nunca me la he imaginado como una gran fiesta) y que mejor hubiera sido seguir como polvo de estrellas.
Pero sí, bailemos.
OBJETIVO 1: Preguntarte si bailas lo suficiente. Pero no solo eso, pregúntate también a ritmo de qué música bailas, que también influye.
CRÉDITOS: Desconocidos (pero sería un placer poder incorporar el nombre del fotógrafo y de aquél que decidió «gritar al mundo» su consejo. Si los sabes, ¿me los haces llegar? Gracias).
CATEGORÍA: A pesar de todo (y ya que estamos)