Pura poesía.
En la letra, en la melodía y en la embriagadora voz de Sílvia Pérez Cruz.
Pero también en su manera de mover los brazos, en su mirada e, incluso, en su melenaza.
Y es que Sílvia es eso, pura poesía.
Confieso que me ha resultado muy difícil escoger una de sus interpretaciones para convertirlo en destello. Le dedicaría una sección entera pero claro, un destello es una canción, no todo un repertorio…
Al final, me he decantado por Vestida de Nit (Vestida de noche, en catalán).
Mi elección tiene que ver con que sea un fruto sembrado en familia: Ella pone su voz; Glòria Cruz, su madre, la letra; y su padre, Càstor Pérez, la música.
Digamos que con gente con tanta magia y que lo hace todo tan bonito, el mundo tiene esperanza.
Disfruta de esta delicada habanera y del duende de Silvia.
La traducción la encuentras al final.
OBJETIVO 1: Dejarte llevar (es tan hipnotizante como meditar).
OBJETIVO 2: Si tienes voz, atreverte a cantar con ella desde casa (yo no lo hago, porque sólo saldrían gallos pero sí, sería un gustazo).
AUTORES: Càstor Pérez, Glòria Cruz, Sílvia Pérez Cruz.
CATEGORÍA: Voces que enamoran.
[Nota final]: ¿Me permites una sugerencia? Si en algún momento tienes la oportunidad de ir a verla en uno de sus recitales, no te la pierdas, es un regalazo para toda la vida. No exagero, de verdad.
[Traducción]:
Pinto las notas de una habanera
azul como el agua de un mar antiguo.
Blanca de espuma, dulce como el aire,
gris de gaviotas, dorada de imágenes,
vestida de noche.
Miro el paisaje, busco palabras,
que llenen los versos sin inquietud.
Los pinos me abrazan, siento como callan,
el viento se lleva todo el horizonte.
Si pudiera hacerme escama
y esconderme en la playa
para oír sonidos y tardes del pasado,
de aquel mundo de añoranza,
amor y calma, perfumado de luna, fuego y ron.
Si pudiera trepar a la ola más alta
y adornar de palmeras el recuerdo,
esparciendo con canela todas las calas
y con conchas hacerles cuna.
Los viejos me hablan llenos de ternura,
de horas vividas con emoción.
Jóvenes aún, fuertes y valientes,
príncipes de red, héroes de tormenta,
amigos del buen tiempo.
Los ojos inventan nuevas historias,
barcos que vuelven de un lugar de sol.
Llevan tonadas enamoradas.
Mujeres y Patria, velas y flores.
Si pudiera hacerme escama
y esconderme en la playa
para oír sonidos y tardes del pasado,
de este mundo de añoranza,
amor y calma, perfumado de luna, fuego y ron.
Si pudiera trepar a la ola más alta
y adornar de palmeras el recuerdo,
esparciendo con canela todas las calas
y con conchas hacerles cuna.