• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar al pie de página

mandalay

Artículos y destellos para ser cada día mejor.

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto

Cartero, Cartero…

«… dese prisa en la entrega, que es la amiga que más quiero».

Este es el mensaje que escribíamos en el sobre de las cartas en la correspondencia con una amiga (Laia) que conocí en unas colonias infantiles y que no vivía en mi ciudad. Creo que ella fue la primera, y luego yo ya la seguí.

Y, recordarlo, me ha hecho sonreír.

Es una anécdota de tantas (una ya tiene una edad), pero me ha venido a la cabeza preparando este destello de hoy en el que la protagonista es justamente una carta.

O más bien, el (sugerente) sobre de la carta, éste:

47-carta a islandia-1

Es verdad que ahora vivimos en un mundo hiperconectado en el que es fácil dar con alguien o algo o encontrar loquesea mediante una visita al todopoderoso Google.

Sin ir más lejos, el otro día tenía en la cabeza mi plato favorito de un restaurante (al que fui varias veces, pero hace más de una década larga) y, enviando un correo, tachán, foto del plato en mi bandeja de entrada. ¿Cómo te quedas?

Pero es que no recordaba el aspecto, solo que estaba buenísimo.

Y, una de dos: o era eso (intentar conseguir la foto para versionarlo algún día) o caer en la obsesión, la mitificación o en algún -ón de esos que no suenan bien.

Mi misión resultó exitosa por un sinfín de chiripas. Para empezar, recordaba el nombre del restaurante, pero es que, bingo el mío, sigue en activo, tiene colgada la carta en Internet, el plato sigue en su menú y, lo más importante, la persona que me atendió fue majísima y me envió la foto el mismo día, menuda eficiencia. Ooooh (hay esperanza: todavía queda gente molona en el mundo).

Pero retomemos el destello de hoy.

Me encanta el ingenio del remitente: quiere contactar con alguien y busca la manera desde lo que sabe: que la casa está al lado de un lago y que la destinataria es danesa, tiene tres hijos y trabaja en un supermercado.

¿No te parece genial? A mí incluso me intriga el contenido de la carta.

Conste que (a día de hoy) Búðardal solo tiene 266 habitantes,  por lo que está claro que la opción «dibujo un mapa y pongo datos sueltos en plan acertijo fácil, porque me interesa que la carta llegue» tenía muchos números para el éxito (está abierta, asumimos que llegó su destino), pero ¿se te ocurre otra manera de conseguir la dirección y no tener que depender del cartero? Como mínimo, hay una más*…

Pero te dejo con tres preguntas más: ¿hace cuánto que no escribes una carta? ¿A quién le escribirías una? ¿Y si lo haces? Eso sí, ¿tienes su dirección (o puedes conseguirla)?

Por cierto,  1/ a ver si un día te hablo de mi cartera, que es una mujer tremebunda; y 2/ el aspecto del plato cuyo recuerdo me hacía salivar (mucho) no hacía justicia a lo buenísimo que estaba (quizá de ahí a que lo hubiera olvidado).

Objetivo 1. Sonreír. (Vamos, como casi siempre).

Objetivo 2: Buscar en tu baúl de los recuerdos alguna anécdota personal con el mundo de las misivas.

Créditos: Twitter (es mi fuente), pero también la destinataria de la carta, el remitente… y el servicio de correos.

Categoría: Siempre hay una manera. SIEMPRE.

*El matasellos es de este año (2020) así que, aunque menos romántica (lo del dibujo del mapa es genial), se me ocurre (al menos) una alternativa para asegurar el tiro de que la carta llegue al destino (y no depender de las dotes detectivescas del cartero; aunque seguramente, en una población tan pequeña, solo haya uno y conozca a todo el mundo).

Mi alternativa pasa por Google, donde descubrimos que en Búðardal solo hay dos supermercados, una buena noticia para identificar fácilmente en cuál de ellos trabaja la destinataria, en especial para el remitente, que ya estuvo ahí.

Se presentarían entonces dos caminos para seguir con la investigación ―y dar con la cajera―: 1/ llamar por teléfono y preguntar o 2/ contactar por FACEBOOK (que ambos supermercados tienen perfiles sociales, confirmado por servidora) y explicar la situación.

Es verdad que el éxito total de la operación dependerá de las habilidades sociales del remitente y de quien atienda la demanda; pero, en el peor de los casos, de no conseguir hablar con la cajera y no obtener la dirección privada (por un asunto de Privacidad de Datos), se lograría el nombre (no es poco) y la carta se podría enviar al supermercado directamente a ella, a Sorine Møller (si se llamara así, que seguro que no, pero para bautizarla de algún modo).

47-carta a islandia-1

Anterior Ranitas de hojalata
Siguiente Sencillamente Pau
  • Todos
  • Musicales
  • En imagen
  • En palabras
  • En vídeo
  • Creo que prefiero airearme con algún artículo...
nm-logo (web)
Creative Commons License

naliamandalay | Bienvenido | PSYCH-K® | Legalidades | Cookies | Creación de teral30

overlay-nm

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto
Cumpliendo con la Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de la información, te informamos que utilizamos cookies. Si sigues navegando estás aceptando su uso. OK Configuración + info
Política de cookies

Configuración de cookies

Esta web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por el sitio. De estas cookies, las que se clasifican como necesarias son esenciales para garantizar el funcionamiento de las funcionalidades básicas. Las cookies de estadística nos ayudan a conocer más a los usuarios, pero nunca almacena información privada ni datos personales. Recuerda que tienes toda la información en la Política de cookies.
Necessary
Siempre activado
Imprescindibles para que puedas visualizar la web y navegar por ella correctamente. Son también las que permiten que puedas aceptar o configurar las cookies.
Non-necessary
Estas cookies son estadísticas y nos permiten analizar los hábitos de navegación de nuestros usuarios. Y es genial, porque así nos ayuda a identificar qué es lo que más les interesa.
GUARDAR Y ACEPTAR