A veces, para airearse, no hay mejor opción que bailar y dejar que nuestros cuerpos se dejen llevar por una melodía, la que sea, aunque lo ideal es saber escoger.
¿Qué necesitamos expresar aquí y ahora? ¿Tristeza? ¿Entusiasmo? ¿Enfado? ¿Nostalgia?
¿No es la música y el movimiento una manera de expresarse? ¿No te sientes mejor después de bailar? ¿no te ayuda a tomar una perspectiva más amplia de todo lo que te sucede?
Aunque te digan que es de locos, tú haz caso al Sombrero de Alicia en el país de las maravillas, que es muy sabio.
La vida está compuesta de melodías. Y si tu las escuchas, ¿por qué no decidir vivirlas y bailarlas? ¿hasta qué punto importa que los demás no sean conscientes de ellas si tú lo eres?
Y no se trata solo de bailar, sino de expresarte, de defender lo que piensas, de hacer lo correcto aunque presente más retos que optar por lo incorrecto.
OBJETIVO 1: Identificar si «bailas» al son de la música que escuchas y de lo que te pide tu ser o según lo que te mande (o crees que te manda) la sociedad en la que vives.
OBJETIVO 2: Recordar algún momento en el que «bailaste» y alguno en el que seas consciente que optaste por la autocensura.
AUTOR: Lewis Carroll.
CATEGORÍA: Grandes reflexiones que se «cuelan» en la literatura infantil.