Me encantan las bandas sonoras y no entiendo el cine sin ellas, sin su «melodía», sin su cronología «musical». Algunas de esas melodías [sean instrumentales o con letra], se quedan conmigo, incluso más allá de que la película me acabe de convencer o no; pero si una película, además de encantarme/removerme por dentro/inspirarme/hacerme pensar, tiene una banda sonora que me hiponotiza, mi historia de amor con ellas sigue para siempre. No al revés: mi TOP 5 filmográfico siempre tiene bandas sonoras TOP, pero si hiciera un TOP 10 de bandas sonoras no creo que coincidiera con mi TOP 10 de películas.
Un caso claro de esto último me pasa con Rent, que encima es un musical (y que también vi en teatro, por cierto). La historia y su guión nunca me entusiasmaron mucho (aunque entiendo su valor), pero yo creo que en mi adolescencia quemé la cinta de tanto escucharla en un radiocassette rojo que ahora mismo he recordado y que me lleva a preguntarme si aun estará en algún lugar de casa (tendré que preguntar a mis padres, aunque ya me imagino sus caras de «¿pero bueno, qué le habrá venido ahora con eso?»).
Retomando lo de Rent (antes de que me líe más) su tema principal me parece que lanza una pregunta que, definitivamente, deberíamos tener presente, y ya no solo cuando acaba un año o empieza (a modo «propósito») sino cada día, cuando arrancamos la hoja del calendario, aunque sea de forma metafórica.
La pregunta en cuestión es: «¿Cómo mides un año en tu vida?».
Y lo bueno es que no solo lanza la pregunta, sino que te sugiere una respuesta: «mídelo desde el amor».
Sí, esa es la invitación de RENT: que ames a quienes te rodean y a los que vayas encontrando; que compartas y que te relaciones con el mundo justamente desde ahí, desde el amor.
Yo creo que la sugerencia y lo que representa es estupenda e ideal (y seguramente la que realmente necesitamos y necesita esta sociedad), pero también creo que es demasiado ambiciosa (o todavía no estoy en la liga de los que aman incondicionalmente). Honestamente, ni puedo amar a todo el mundo ni tampoco odiar a todo el mundo. De hecho, la mayoría de las veces no es (ni creo que será nunca) un sentimiento radical, sino que se mueve entre el afecto (en distintos grados) y la indiferencia (que no me tiene que importar ni gustar todo el mundo), pasando por la simpatía.
De todos modos, sí que creo que el mensaje de RENT es una buena inspiración para ser más amables y empáticos y que, definitivamente, podemos comprometernos a medir nuestros días (y semanas, meses, años lustros y demás) con los detalles bonitos que han significado algo en ese espacio de tiempo.
Que la estrella polar sea, entonces, un amor incondicional a la vida y todo eso que nos hace sentir qué merece ser vivida: ya sabes, esos pequeños detalles, que son los que cuentan.
OBJETIVO 1: Identificar tu unidad de medida en esto del vivir.
OBJETIVO 2: Escoger el amor incondicional como una estrella polar que guíe en tus decisiones.
CATEGORÍA: Mensajes a tener en cuenta.