¿Te has parado alguna vez a pensar en un puzle? ¿En lo que puede representar más allá del juego y del entretenimiento? ¿En lo que, de hecho, te «enseña» mientras vas juntando sus piezas?
Pues hoy toca reflexionar sobre los puzles y recuperar una parte de la infancia porque, ¿hace cuánto que no haces uno?
De hecho, te propongo algo más:
1) coge un bolígrafo y un papel y escribe todo aquello que se te ocurra que creas que puedes aprender de él. De hecho si estás en casa, en el trabajo o con gente, hazles participar. (Yo no hubiera llegado a los 10 sola. O me hubiera costado más, seguro).
2) una vez tengas la lista, regresa y compara los puntos. Y si tienes alguno nuevo, envíamelo y lo añado.
Instrucciones para un puzle 10
(y que puedes aplicar en tu vida desde ya)
#1. La primera pieza.
No te abrumes cuando veas todas las piezas. Lo importante es empezar y escoger una de las piezas para luego juntarla con otra.
¿Cuál es tu primera pieza?
#2. Estrategia.
Empieza por los laterales, para marcar los límites, o por el centro.
¿Por dónde vas a empezar?
#3. Cuestión de visión.
Quédate con la foto general y sigue avanzando.
¿Qué quieres conseguir? ¿Adónde te diriges?
#4. Deja fluir.
No fuerces nada. Si tiene que ser, será; si no, pues no.
Si no encaja una pieza que no va dónde te gustaría o habías pensado que debería ir, descártala.
¿Estás atascado en algo?
#5. Airéate.
¿Bloqueado? Cambia de zona. O date una vuelta. Cuando vuelvas, fijo que lo ves desde otra perspectiva.
¿Damos un paseo?
#6. En caso de duda, revisa.
Si en algún momento te sientes perdido, recuerda que el puzle viene con chuletilla (me refiero a la imagen que viene completa y que normalmente viene en la caja y no un papel, para que no la pierdas).
Tu chuletilla en la vida puede ser un libro o alguien de confianza que rediriija el rumbo cuando te sientas algo más perdido.
#7. Perseverancia y esfuerzo.
Los puzles más complicados requieren más tiempo y esfuerzo, pero su recompensa es mayor. No los descartes.
¿Hasta qué punto estás comprometido con lo que quieres?
#8. Con apoyo, siempre es mejor.
Si tienes un equipo ayudándote o gente que te anima a tu alrededor, será más divertido.
¿Por qué hacerlo solo?
#9. Todo tiene un final.
Colocando la última pieza, terminas el puzle por lo que, lo que tenía que ser, es: todo encaja.
¿A qué parecía un imposible cuando empezaste? ¿Qué tal la sensación de conseguir lo que te propones?
#10. Celebra.
Congratúlate cada parte del puzle y, por supuesto, por el puzle entero. Admira tu obra, porque sí, lo conseguiste: te pusiste un reto y ahora ya es tuyo.
¿Cómo celebras tus éxitos?
Apuntes finales
Y terminados los 10 puntos, déjame añadir una sugerencia final: cuando termines un «puzle», búscate uno nuevo.
Es más, si puedes, ayuda a los que te rodean en sus propios puzles, piensa que 1) es gratificante y 2) ayudarás con tu grano de arena a hacer un mundo mejor.
Tu turno: ¿Recuerdas si te gustaban los puzles de una manera especial? ¿Lo que pensabas cuando abrías la bolsa de las piezas y las veías caer en la mesa? ¿Las sensaciones que tenías cuando las ibas juntando? ¿Te emocionaba ver el puzle terminado? ¿Qué hacías luego? ¿Lo plastificabas? ¿Lo desmontabas? ¿Los hacías solo o en equipo?