• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar al pie de página

mandalay

Artículos y destellos para ser cada día mejor.

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto

Archivo de noviembre 2015

El anillo del anciano profesor

Ponte un precio: ¿cuánto vales? ¿Cuántas monedas crees que vale tu experiencia, tu alma, tu esencia, tu bondad, tu conocimiento?

La pregunta es cómo te valoras a ti mismo y si permites que valoraciones externas mermen tu valía.

En esta ocasión, un cuento de Jorge Bucay en la que el protagonista es una anillo: ¿será de plástico? ¿De oro macizo? ¿Cuánto se pagará por él?

El cuento

Agobiado por sus conflictos internos, un joven alumno fue a visitar su anciano profesor.

Se acercó a su maestro y, con aire de desánimo, le preguntó:

—¿Maestro, por qué me siento tan poca cosa que no tengo ánimo ni fuerzas para hacer nada? Todos me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

—Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, primero debo resolver mi propio problema. Quizás después…

De pronto, se detuvo y haciendo una pausa agregó:

—Si quisieras ayudarme tú a mí, podría resolver mi problema con más rapidez y después tal vez pueda ayudarte.

—Encantado maestro —titubeó el joven—, pero sintió que otra vez se le tenía en poco y que sus necesidades volvían a ser desatendidas.

—Bien —dijo el maestro.

Entonces, se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y se lo entregó al muchacho diciéndole:

—Toma el caballo que está allá afuera, cabalga hasta el mercado y vende este anillo. Necesito hacerlo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En el deseo de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y otra de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, montó en su caballo y regresó abatido por su fracaso.

¡Cuánto hubiera deseado el joven poder obtener una moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Pero había sido imposible.

Al entrar en la casa, el Maestro le estaba esperando y el joven le explicó lo ocurrido:

—Lo siento Maestro, —le dijo—, no pude conseguir lo que me pediste. Quizás hubiera conseguido dos o tres monedas de plata, pero no he sido capaz de engañar a nadie sobre el verdadero valor del anillo.

—Qué importante lo que dijiste, joven amigo —contestó sonriente el maestro—. Lo primero que debemos saber es el verdadero valor del anillo. Vete a ver al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quieres vender el anillo y pregúntale cuánto te daría por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas y tráeme de nuevo mi anillo.

El joven llevó el anillo al joyero. Éste lo examinó con su lupa, lo pesó y luego le dijo: Muchacho, dile al maestro, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo. ¡58 monedas! exclamó el joven.

—Sí, —replicó el joyero—. Sé perfectamente que con el tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.

—Siéntate —le dijo el maestro después de escucharlo—. Tú eres como este anillo, una joya, valiosa y única. Como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto ¿Por qué permites que cualquiera te diga tu valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño…

Momentos de Reflexión

Está claro que nuestra valía no puede depender de lo que diga Menganito y/o Fulanita y que su opinión es sólo eso, una opinión.

Se trata de coger perspectiva y recordar que tú tienes la última palabra en cómo reaccionas y te afecta. ¿Te acuerdas aquello de la indefensión aprendida y de cómo hacerle frente?

Seguramente, alguna vez te sentó mal un comentario y te te sentiste la persona más diminuta del planeta.

A partir de ahora, si te encuentras con alguien que pretende menguar tu valía respira hondo, recuerda el cuento y mantén tu postura, compostura y altura. Al final, que lo consiga, solo depende de ti. Y la decisión ya está tomada.

[Nota adicional]: Si te apetece, pásate por este destello musical que es (casi) como el cuento, pero en canción. Es de Etana y se llama People talk.

[Fragmento] Momo

Ante un proyecto largo, ¿te agobias o disfrutas de cada momento?

El destello de hoy es un fragmento de Momo, todo un clásico de la literatura infantil que casi casi casi seguro que leíste cuando eras pequeño. Y, si no, siempre puedes hacerlo ahora, ahí lo dejo.

En este pasaje del libro,  Beppo Barrendero le cuenta a Momo sobre el arte de barrer y la importancia de la paciencia y el proceso.

¿Cogemos una escoba y barremos a lo Beppo?

8-momo-michael-ende-barrendero-beppo

OBJETIVO 1: Busca al pasaje un significado que vaya contigo.
OBJETIVO 2: ¿Cuál es esa calle tan larga en tu vida que requiere tu constancia?. Vale, si no tienes una avenida, coge un callejón (metafórico) pero seguro que encuentras un espacio en tu vida que requiere tu máxima atención. ¿Por qué no atenderla desde ya mismo?
AUTOR: Michael Ende
CATEGORÍA: Libros que recuerdas con cariño.

Concierto para una máquina de escribir

Ejemplo de bucle creativo donde los haya, te traigo una puesta en escena de la pieza musical The typewriter.

Pero, ¿me dejas contarte algo antes de darle al play?

El tema fue compuesto por el estadounidense Leroy Andersen para una de las escenas de la película Lío en los grandes almacenes.

En la escena en cuestión, Jerry Lewis, su protagonista, hacía ver que tocaba una máquina de escribir imaginaria como un instrumento real y parte de una orquesta. Abajo encontrarás el link.

La pantonima de Lewis es mítica pero, lo realmente importante aquí, es que sirvió de inspiración a muchos músicos, que empezaron a crear composiciones en las que la máquina de escribir tenía un papel importante. Y el resultado fue seguir eso, creando y explorando nuevas formas de sorprender al mundo.

¿Entiendes ahora lo del bucle y mi decisión a convertir este momento musical en el destello de hoy?

Concierto para máquina de escribir, que así se llama la pieza, tiene distintas versiones pero yo te he seleccionado una que pone especialmente de buen rollo y que arranca más de una sonrisa. Fue interpretada en el concierto Voces para la paz/músicos solidarios el 12 de junio del 2011 en Madrid. La interpretó Alfredo Anaya Peña y está dirigida por Miguel Roa.

Lo dejo aquí, intrigada en si la siguiente versión será con un smartphone y animándote a observar el mundo con ganas de encontrar inspiración en cualquier historia que leas, veas o te cuenten, incluso si es una anécdota.

OBJETIVO 1: Maravillarte con la creación.
OBJETIVO 2: Regalarte una sonrisa.
INSPIRACIÓN: Lío en los grandes almacenes.
CATEGORÍA Momentos con un historia detrás.

El pingüino que dudaba en si saltar o no

En esta ocasión nos acompaña un pingüino.

Pero su comportamiento te va a trasladar a ese momento de tu vida en el que tenías una decisión que tomar y no sabías muy bien si dar el paso.

Dudabas por precaución y, quizás, por un poco de miedo y otro tanto de abismo.

La cuestión es si lo diste. En todo caso, ¿fue una decisión totalmente tuya o el destino te dio un empunjocito?

OBJETIVO 1: Identificar ese momento de tu vida en el que estabas «venga va, me lanzo… No, mejor paso».
OBJETIVO 2: Recordar qué hiciste y qué aprendiste…
CATEGORÍA: Momentos con una historia detrás.

Little boy: más allá de la fe

Y es que, ¿quién dijo imposible? Tiene que ver con fa fe y sus complejidades.Y, más allá de cualquier religión, la fe en uno mismo.

—¿Crees que puedes lograrlo?
—¡Sí, creo que puedo!
—¿Crees que podemos lograrlo?
—¡Sí, creo que podemos!

No sé si alguna vez te han descrito una película como encantadora pero Little boy estaría en esa catalogación porque sí, es un verdadero encanto.

Little boy tiene un punto católico bastante acentuado pero independientemente —y más allá— de él, sobresalen una pila de valores humanos, universales y compartidos por todos que merecen toda nuestra atención.

El tema principal de la película es la confianza plena de que algo imposible puede ser posible, pero da para más.

Pincelamos y vamos a las reflexiones.

7 pinceladas

  • Pepper tiene 8 años y vive en un pequeño pueblo estadounidense, con sus padres y su hermano mayor, London.
  • Es muy bajito por lo que tiene que aguantar las burlas de otros niños que le llaman enano y pigmeo. Al final, el apodo queda «suavizado» a «little boy» (niño pequeño).
  • Su mejor amigo es su padre, que le acompaña en juegos y aventuras. Ambos tienen debilidad por un héroe de ese tiempo: Ben Eagle, un mago que lucha contra el crimen.
  • Llega la II Guerra mundial y el padre tiene que ir a luchar contra los japoneses, una noticia que la familia recibe con gran tristeza.
  • El padre es capturado y convertido prisionero de guerra. Pepper centra toda su intención en que vuelva convencido que podrá. Y es que…
  • Un mago que interpreta a Ben Eagle viene al pueblo le hace creer que ha movido una botella con el poder de la intención.
  • Escucha en la iglesia que solo es necesario tener fe del tamaño de un grano de mostaza para mover una montaña.
  • El párroco del pueblo le da una lista con actos de misericordia que le ayudarán a conseguirlo. Incluye uno extra: hacer amistad con el vecino japonés, Hashimoto, víctima de represalias por parte de los vecinos por ser eso, japonés, y que también tiene un apodo «Jap».
  • Little boy cumplimenta la lista.

… ¿Conseguirá traer a su padre de vuelta? (si no has visto la peli, no te aventures…)

Batallón de Reflexiones: 5 lecciones

#1. La importancia de la fe.

«La esperanza es lo último que se pierde» y la «fe mueve montañas» forman el súper combo y el tema central de la película.

Curiosamente, también es el kit en el que nos refugiamos todos cuando lidiamos con imprevistos y cosas «feas» en nuestra vida.

Porque, ¿acaso no nos volvemos creyentes en el poder de la fe y la esperanza (más allá de la religión que profesemos, si profesamos alguna…) en los momentos malos? Eso, o perteneces a la excepción de aquellos que tiran la toalla ya de primeras aceptando la fatalidad sin valorar un giro, ejem.

Little Boy no duda en hacerse con el combo y hacer todo lo que esté en su mano para que su padre vuelva a casa sano.

Primero, Pepper cree en la magia de Ben Eagle; luego, toma de forma literal aquello de «un grano de mostaza mueve una montaña»; más tarde, que la última palabra la tiene Dios pero que una lista de antaño tiene las respuestas… Y así.

Sea como sea, tiene dos razones de peso que le ayudan a seguir creyendo: la magia del mago y la fe del cura.

—Si tengo suficiente fe nada es imposible, ¿verdad? —Little boy

En la película, la fe está en la magia, en la existencia en un ser superior y también en la más importante, la que realmente tenemos que tener en cuenta: La fe en uno mismo.

¿Crees en algo y te hace bien? Pues no dejes que nada ni nadie te haga tambalear esa fe aunque asegúrate que no daña a nadie de tu entorno, que no debería.

#2. Del odio al amor hay solo un paso.

Las generalizaciones son nefastas cuando son negativas y pagan justos por pecadores.

Hashimoto tiene todas las antipatías del pueblo (menos la del párroco) por el mero hecho de ser japonés.

Es una decisión basada en un silogismo:

Premisa #1. Los Japoneses son el enemigo.
Premisa #2: Hashimoto es japonés.
Conclusión: Hashimoto es el enemigo.

La hostilidad de los vecinos es evidente y le hacen la vida imposible: Lo insultan, lo amenazan, le complican la vida…

Incluso Pepper le tiene rabia puesto que Hashimoto representa justamente a Japón, el país que «le ha arrebatado» a su padre.

Pero del odio al amor hay un paso cuando hay intención y apertura.

Y aunque de primeras es forzada, Little Boy tiene una razón por la que amistarse con Hashimoto: es uno de las acciones encomendadas en la lista que le ha dado el párroco y si la cumplimenta, su fe será más grande y, a última instancia, su padre regresará a casa.

Por supuesto, al niño no le hace nada de gracia pero luego, gracias a ese acercamiento, se da cuenta de que…

1) Hashimoto es una persona fantástica.
2) Que sea japonés no le hace enemigo por decreto.
3) Hay más cosas que les unen que no que les diferencien…

Con el acercamiento, lo acepta, le quiere, lo respeta e incluso se defienden mutuamente.

¿Qué hizo falta? solo un puñetero paso para acercarse. Sí, uno solo.

(La de conflictos que se evitarían únicamente con comunicación… no me digas que no).

Busca lo que te acerca —no lo que te aleja— de aquellos que te rodean.

#3. Ante la duda, haz lo que tenga más sentido para ti.

Para mí es la clave en cómo deberíamos llevar nuestra vida, nuestro día a día…

En un momento crucial de la película, en la que Pepper está sumido en un mar de confusión sobre la Fe, Dios y sus poderes acude a Hashimoto, en busca de un alivio, de una respuesta amiga:

—Haz lo que tenga más sentido para ti. —Hashimoto

Para mí, es eso, la clave.

¿Qué decides creer? Decide y escoge escuchándote optando siempre por aquello que tenga más sentido para ti.

#4. Perseverancia, compromiso y búsqueda de respuestas.

¿Dónde reside el poder de hacer realidad los deseos? ¿En la magia? ¿En un grano de mostaza?

¿Tendrá Ben Eagle un grano de esos y por eso es invencible haciendo el bien?

Pepper tiene tantas dudas que, confundido, decide ir a la iglesia, en busca de respuestas.

El párroco le cuenta que, mayoritariamente —¡Oh sorpresa!—, es una cuestión de fe.

Es más, para que el niño se asegure de que tiene su fe “en forma”, le da una lista muy vieja —y con un punto de misterio— que deberá cumplir a rajatabla.

Y bueno, si has visto la peli antes de leer este post (que espero que sí) ya sabrás que es una relación de actos misericordiosos para un mundo mejor.

A saber: alimentar al hambriento, dar refugio al pobre, visitar a alguien en la cárcel, vestir al desnudo, visitar al enfermo, enterrar al muerto y un “extra” especial: amistarse con Hashimoto.

Pero espera, ¿cómo podría hacerse amigo little boy de su enemigo? Pues no planteándose lo contrario.

Es verdad que, de primeras, no le hace ni pizca de gracia hacerse amigo de su vecino japonés pero tiene un objetivo claro y hará todo lo que convenga: está tan comprometido con su causa que nada le parece imposible, incluso acabar siendo amigos con Hashimoto.

Un momento revelador de la escena con el párroco (y quizás de la película) es cuando este último, para evitar una posible frustración del pequeño por si el padre nunca vuelve de la guerra (una posibilidad que, excepto el niño, todos valoran) le recuerda a Pepper que la última voluntad es de Dios.

Pero Pepper le contesta algo así como «¿Y por qué Dios no debería querer que mi padre volviera?»

Total que se va con su lista extra convencido de cumplimentar la lista y contar con la ayuda de Dios.

Cuando tengas un sueño de esos imposibles, créetelo. Persevera desde el compromiso que harás todo lo que está en tu mano para convertirlo en una realidad.

#5. Los bienes y daños «colaterales» no dependen de ti.

A veces no todo sucede como está previsto y el pack «deseos, sueños y oraciones» puede ser contestado de una manera distinta a la esperada.

Si resulta ser positivo, uno se adapta, no hay problema. El reto es cuando hay un daño, cuando nos encontramos con algo que no esperábamos y que nos perjudica.

No podemos controlarlo todo pero, por si acaso, mejor tener en cuenta qué pedimos y cómo lo pedimos.

Apuntes finales

Little boy es una película, desde mi punto de vista, totalmente encantadora.

Te recuerda esa capacidad innata que tenemos de pequeños de sentir sin límites, de amar y perdonar en grande, sin dar muchas vueltas ni juzgar una situación.

Una capacidad que luego parece que perdemos.

Little boy nos invita a recuperar esa actitud de amar más y juzgar menos, de perdonar, de compadecer y de confiar.

Termino con una propuesta: teniendo en cuenta que seguramente no te encuentras en la situación desesperada de que vuelva tu padre de la guerra con Japón, ¿en qué vas a poner tu grano de mostaza a trabajar? ¿Qué es aquello «imposible» que, paradójicamente, querrías conseguir?

Podrías recuperar la actitud de Little Boy y poner toda tu atención en conseguirlo.

Y sabes, solo hace falta quererlo, ponerle un poco de fe, otro tanto de confianza y dar un primer paso.

¿Y por qué no? ¿Acaso no crees en los milagros?… Venga, ¿ni que sea un poquito?

  • Página 1
  • Página 2
  • Siguientes »
nm-logo (web)
Creative Commons License

naliamandalay | Bienvenido | PSYCH-K® | Legalidades | Cookies | Creación de teral30

overlay-nm

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto
Cumpliendo con la Ley 34/2002 te informamos que utilizamos cookies. ACEPTORECHAZO Configuración + info
Política de cookies

Configuración de cookies

Esta web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por el sitio. De estas cookies, las que se clasifican como necesarias son esenciales para garantizar el funcionamiento de las funcionalidades básicas. Las cookies de estadística nos ayudan a conocer más a los usuarios, pero nunca almacena información privada ni datos personales. Recuerda que tienes toda la información en la Política de cookies.
Necessary
Siempre activado
Imprescindibles para que puedas visualizar la web y navegar por ella correctamente. Son también las que permiten que puedas aceptar o configurar las cookies.
Non-necessary
Estas cookies son estadísticas y nos permiten analizar los hábitos de navegación de nuestros usuarios. Y es genial, porque así nos ayuda a identificar qué es lo que más les interesa.
GUARDAR Y ACEPTAR