… y de una manera más eficiente que diciéndole «STOP».
¿Te pasa aquello de darle tantas vueltas a algo que se convierte en tu único eje y todo gira a su alrededor?
No te creas, a veces, yo también sigo sorprendiéndome dándole al coco más de la cuenta y no me queda otra que decirme a mí misma algo como «¿En serio? ¿Todavía estás con esto?»
Y entonces 1) me perdono recordando que soy humana, 2) recuerdo que los pensamientos los creo yo y 3) me pongo manos a la obra para parar esa noria sin fin.
Porque sí, pensar está bien (y es necesario) pero rumiar en exceso no es bueno ni te beneficia en nada.
No lo hace porque 1) te impide vivir el ahora (ya sabes: el mindfulness que requiere tener una vida de calidad) y 2) puede que te lleve a tomar una decisión no muy acertada porque has actuado desde el miedo y desde una lista larguísima de «peros y contras».
Te invito a explorar qué puedes hacer para controlar un poco más tus pensamientos y no caer en esa trampa de repensar cuál noria.
Saliendo de la noria
#1. Pon fechas de vencimiento.
Y si lo escribes o te pones una alarma, mucho mejor.
Sería algo del estilo «vale, me doy tiempo hasta…»Y acabarías la frase con «… de aquí 10 minutos», 2) «… la hora del café», 3) «… el lunes», dependiendo de la urgencia y la importancia del asunto.
Créeme, es una muy buena estrategia para no valorar opciones hasta el infinito y aprovechar el tiempo de una manera más productiva. Confía que la decisión será la apropiada, que lo será.
#2. ¿Rooibos a la canela y un paseo por la playa?
Bueno, quien dice Rooibos, dice café y quien dice canela, dice vainilla.
Se trata de que te tomes una pausa para airearte y coger nuevas perspectivas.
Lo importante es ser consciente de la pausa. Seguro que luego te acerca a tu preocupación desde otro punto de vista.
#3. Foco y precisión quirúrgica.
Te propongo que hagas algo que requiera toda tu atención.
Escribe una carta, enumera todos los lugares que has visitado, cuenta los libros que tienes en tu biblioteca, haz una lista de lo que sea, pinta un mandala, haz macramé, cuenta las atracciones del parque de atracciones que ves desde la noria… También puedes meditar un rato o incluso leer, pero a mí, personalmente, me sirve más colorear, lo de las listas y escribir.
Ponle palabras al asunto y verás cómo coges perspectiva, las preocupaciones menguan, las soluciones aparecen y te sientes más en conexión con tu interior, más en sintonía de lo que eres y lo que te pasa.
#4. Muévete.
Sal del cubilete de la noria y pon tu cuerpo en movimiento: sal a correr, ponte los patines en línea o baila el ritmo que te haga sentir más vivo.
Si está demostrado que el ejercicio físico despeja la mente, y lo está, ¿por qué no dejarte llevar por tu cuerpo? Tengo una amiga que sale a correr cuando se siente mentalmente sobrecargada y siempre vuelve a casa como nueva. Lo que tengo que preguntarle es si se lleva un mp3 de canciones que suben el ánimo.
¿No te gusta correr? Pues baila y obtendrás el mismo resultado.
#5. ¿Es tan sumamente importante?
Ésta es mano de santo, un auténtico «as» que puedes sacarte de la manga en cualquier momento y con efecto láser. Se trata de que saltes de la noria y te preguntes lo siguiente: «¿Qué importará esto de aquí un año? ¿De verdad que es taaaaan importante?».
Casi seguro que la respuesta será «nada» y te liberarás al momento de tanta preocupación, cogiendo una perspectiva mayor…
Contéstate en voz alta y escúchate, seguro que te da nuevos puntos de vista. O mejor todavía: escríbelo y luego lo lees.
Apuntes finales
Pensar en lo mismo 50 veces tiene que ver más con una obsesión que con una reflexión. Querer controlarlo todo es una batalla perdida, un imposible que no hace ningún bien, todo lo contrario.
Las emociones y los pensamientos negativos son parte de nuestras vidas y llegan cuando llegan, mejor aceptarlos no aniquilarlos, que es imposible. Lo único que podemos hacer para evitar que drenen nuestra energía es decidir que no nos vamos a identificar con ellos y actuar a pesar de su interrupción en nuestras vidas.
Ya sabes, la próxima vez que te encuentres en una noria de pensamientos «feos», recuerda que estamos aquí para vivir, aprender y sorprendernos, y recuerda aquella canción de Monty Python en La vida de Brian para darte cuenta de lo que brilla en tu vida.
Despeja los nubarrones, baja de la noria y nada, a disfrutar del sol.