Sí, solo 3, las suficientes para dar paso a la magia.
El destello de hoy tiene carácter cinematográfico así que si te encuentras diciendo: «En serio, ¿otra vez con lo de las películas?» 1) te entiendo (ya he perdido la cuenta del peso que tiene el séptimo arte en este blog) y 2) te adelanto que no será la última.
Pero es que no lo puedo evitar: hay algunas escenas de la historia del cine que me conmueven, me inspiran y me impulsan a la reflexión.
(Eso, cuando no es la película entera la que me conquista y entonces me da por diseccionarla).
Bueno pues, algunas de esas escenas, las más amables (tengo un criterio de corte estandarizado y las más «dramáticas» me las guardo para mí, que no es cuestión de que te fastidien el día, que quizás lo harían, sobre todo si no están contextualizadas), «me invitan» a compartirlas contigo.
La escena de hoy es una de ellas y, de hecho, es una de mis favoritas.
Pertenece a la película OXV: The manual (o Frecuencias).
Te cuento que el vídeo está en inglés y que no tiene subtítulos, pero como solo hay 40 segundos de diálogo (propiamente entendido como tal), no son imprescindibles.
Al fin y al cabo, lo importante (y mágico) es lo que sucede después.
Eso sí, para que no te pierdas la totalidad del momento, la he contextualizado un poco:
- El adulto (Strauss) pregunta al niño (Zach) si toca el piano.
- El niño le dice que no, que es un negado para la música, que le han dicho que es incapaz de seguir el ritmo.
- Strauss le contradice afirmando que todo el mundo es capaz de tocar algo y que, para hacerlo, solo se necesita poner el corazón, el alma y un poco de imaginación.
- Le reta entonces a probar pidiéndole que le dé 3 notas totalmente al azar.
- Tras pensárselo unos segundos, el niño, algo incrédulo y desafiante, decide dárselas…
Me gustaría que te quedaras con la confianza absoluta que muestra Strauss en el proceso y en Zach, y también con la evolución del pequeño, en su cambio de actitud, en esa conversación más allá de las palabras y cómo, el momento que vive, llega a cambiarle la expresión de su cara.
¿Te apetece verlo?
OBJETIVO 1: Identificar alguna ocasión en la que pensabas que no podías conseguir algo y, al final, era tan fácil como poner corazón, alma y un poco de imaginación.
OBJETIVO 2: Preguntarte hasta qué punto te dejas llevar por los límites impuestos o fluyes en tus elecciones.
CATEGORÍA: Escenas de películas que rompen esquemas y hacen pensar.