En solo 3 días recibirás el año nuevo con las 12 uvas (o la tradición que sigas) y casi seguro que ya tienes una lista de cosas que te gustaría hacer o que te pasasen.
Bueno pues, de primeras, si tu lista es mental, pásala a papel (o a un editor de texto si se te ha olvidado escribir a bolígrafo) pero te recomiendo que no se quede ahí vagueando entre tus neuronas y la intención.
¿O a estas alturas no sabes que las palabras, cuando son articuladas (verbalmente o por escrito), cobran poderes?
Primero, cómprate una agenda o escoge una libreta cuaderno que tenga muchas páginas (la mía es una moleskine que me regaló mi hermana. Tiene 240 páginas así que no me queda otra: tendré que comprimir los 366 días del año bisiesto que lega).
En los últimos 6 años no he tenido agenda física, estuve utilizando el word.
Tiene sus ventajas. Por ejemplo, cuando vas a la caza del recuerdo con un CTRL+F lo encuentras rápido.
Pero sí, me hace ilusión recuperar lo del cuaderno y el trinomio papel-rotuladores-pegamento, que habrá que hacer collages, ¿no?
Será genial ver el 2016 reflejado de un vistazo, en papel, como antaño y no solo en los viajes y escapadas.
¿Qué te parece? ¿Te animas?
No hace falta ponerte a ajustar el día con una prosa poética que quite el aliento y con mil detalle, de veras que no.
Puede ser una lista de cosas que hayas hecho, oído o dicho durante el día.
En definitiva, momentos y hechos que hayan marcado el día, aunque de primeras te parezcan «poca cosa».
Además, seguro que de aquí 30 años te hace gracia tu primer chocolate caliente del invierno de 2016.
¿No sabes cómo llenar las páginas de tu diario?
No te preocupes, ahí van 15 ideas, para que incluso hagas una cada día de la primera quincena de mes y luego, repitas.
#1. Plasma 3 momentos del día que te inspiren un gracias. Luego pasa a 5 (los encontrarás).
#2. Inmortaliza esa sonrisa con la que te has cruzado durante el día.
#3. Haz una lista de tus objetivos inmediatos.
#4. Apunta esa idea tan loca que se te ha ocurrido para un nuevo proyecto.
#5. Busca la receta de ese plato que has degustado hoy y que te ha llevado directamente al cielo.
#6. ¿Qué palabra define las últimas 24h? ¿La tienes? Pues venga, a por una segunda… y explica el porqué.
#7. Lista 3 cosas que te hayan sorprendido, que hayas visto, que hayas escuchado, que hayas vivido.
#8. ¿Has aprendido algo nuevo? No sé, por ejemplo, que todos somos hijos de las estrellas. ¿Era eso? Pues anótalo.
#9. Si tienes esa sensación de «Ooooh, qué maravillosa cita», añádala al diario.
#10. Escribe la letra de la canción que últimamente estés escuchando más.
#11. Dibuja (o haz un garabato) de cómo te sientes.
#12. Si estás en un proyecto, identifica los avances; Si es un problema, «vomita» todo lo que se te ocurra y luego, piensa sobre él desde las palabras escritas, te ayudará.
#13. Profundiza respuestas desde estas invitaciones de reflexión.
#14. Coge un libro de tu biblioteca, ábrelo y copia las primeras líneas de fragmento con el que te encuentres. ¿Te dicen algo?
#15. ¿Recuerdas un sueño? ¡Pues ya sabes!
EXTRA: escoge a alguien de tu alrededor y búscale las cualidades que le hacen ser especial. O pega una fotografía. O transcribe el titular del día. O anota el teléfono de equivalencia del 902 de turno al que has tenido que llamar. Será por opciones…
Beneficios de escribir un diario
#1. Clarifica tus días y es casi como meditar. La palabra también es meditativa y centra. Es más: a más te dedicas, más descubrimientos coleccionas y puedes explorar.
#2. En los días de bajón, lo puedes recuperar y asombrarte de lo mucho que has vivido y de lo grande que eres.
Es como una cápsula del tiempo. La vorágine de nuestros días no ayuda mucho a recordar, a parar y pensar sobre ello. Si está escrito, es un plus.
#3. Te aporta nuevas perspectiva a una preocupación.
#4. Es un «coto de juicio» : Nadie ni nada te puede juzgar. Puedes sentirte libre para explorar tú mismo lo que sientes y piensas en ese momento, libre de miedo y del rechazo de los demás. No tienes que dar explicaciones a nadie ni escribir como Cervantes, es para ti, es tu espacio y no tienes que esconderte.
#5. Cuando termina el año y lo relees (aunque sea en diagonal) te ayuda a diseñar mejor el que viene.
Apuntes finales
Lo del diario no es un «invento» de las nuevas tendencias de desarrollo personal que no paran de aflorar en los últimos años.
Vamos, para nada.
De hecho, tendríamos que remontarnos, como mínimo, a los filośofos griegos de antaño como Séneca y Marco Aurelio, que anotaban cómo les había ido el día para luego reflexionar sobre ello y observar su evolución. (Ya ves tú la de años que se utiliza el diario personal como herramienta de autoconocimiento). Al fin y al cabo, cuando nuestro progreso es más visible, nos ayuda a extramotivarnos para seguir adelante, ¿no?
Y si lo tuyo no son las palabras, siempre puedes combinarlas con el mundo de los lápices de colores, de los bolígrafos, de los fosforitos, del óleo. Incluso puedes hacer un collage con fotos y recortes, verás así tu vida plasmada de un modo más visual y quedará del todo artístico y dando alas a tu creatividad, que podrá aflorar como quiera.
Es TU diario e incluso puedes no empezarlo el 1 de enero, solo faltaría.
Pero, venga, comprométete hoy mismoa escribir ni que sea una única palabra cada día, sin buscar longitud pero sí autenticidad y buscando t propia voz, que es de lo que se trata.