Hoy, como preámbulo al cuento, recupero aquello que dijo una vez Henry Ford y que seguro que conoces y que habrás leído y escuchado como mínimo, mil millones de veces, y que dice así: «Tanto si crees que puedes hacerlo como si no, estás en lo cierto».
Es la adaptación de Eloy Moreno de un cuento popular y que está incluido en el libro Cuentos para entender el mundo.
Y sí, el protagonista… pudo.
El cuento
Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua.
La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.
Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.
A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.
Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
—Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? —comentaban entre ellos.
Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
—Yo sí sé cómo lo hizo —dijo.
—¿Cómo? —respondieron sorprendidos.
—No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.
Momentos de Reflexión
Y es que son muchas las veces que dejamos de confiar por los «ruidos» que nos rodean y que entorpecen a que demos un paso más.
¿Conoces alguna historia que podría haber sido catalogada como «imposible» pero que fue y que, además, acabó bien?
[Nota final]: si te apetece, tienes una historia similar protagonizada por una rana sorda en este destello.