… gracias a los retos que fue encontrándose en su vida y a su manera de enfrentarse a ellos, desde la acción (y por muy mito que sea).
Y vale la pena recordarlo, sobre todo cuando vivimos ese momento en el que el «escaqueo», la resistencia y el pataleo es lo que más nos apetece, las opciones más fáciles.
Porque ¿qué hubiera pasado si Hércules se hubiera «quedado en casa», viendo la vida pasar desde la parsimonia y haciéndose el loco con su realidad?
Como él, nosotros también necesitamos retos para ser mejores que ayer. Que vale, sí, podemos contentarnos a estar ―y ser― tal cual, sin importarnos mucho el mundo ni el potencial de nuestras vidas, pero también sería una irresponsabilidad, que fijo que estamos aquí para dar lo mejor de nosotros, no para dar cancha a nuestro Complejo de Jonás.
Y no me refiero (para nada) a autoexigirnos más de la cuenta ni a ir por la vida dándole la mano a la temeridad, pero el mundo es de los valientes y es mucho más útil pensar que cuando la vida nos pone delante de un lo.que.sea es porque estamos sobradamente preparados para superarlo, transformarlo y aprender de ello, aunque a veces nos cueste verlo, que todo requiere su tiempo, algo que tampoco debemos olvidar.
Más allá del mito, Epicteto nos aconseja aceptar cualquier situación con la calma y desde el compromiso con nuestra vida, pasando luego a la acción con valentía y con paciencia, mucha paciencia.
Pero también sin quedarnos quietos, no piense el león que nos hemos asustado y le demos una clara ventaja. (Ni de coña, vamos).
OBJETIVO 1: Asumir tu próximo reto como parte del plan que la vida tiene para ti.
OBJETIVO 2: Identificado el reto, ponerle actitud, sonrisa, paciencia y valentía.
CATEGORÍA: Palabras que despiertan nuestro «yo» más herculiano.