¿Experiencia? ¿Suerte? ¿Estrategia? ¿Don? ¿Inspiración? ¿Fluidez divina?
Este destello lo protagonizan dos jugadores de damas turcas, pero no quiero contarte más.
Dale al play y pon atención:
Lo sé, zasca.
Un zasca que da para pensar mucho y que yo creo que se puede extrapolar a cualquier situación.
Para mí, es un recordatorio claro de que las grandes visiones (más allá de su excepcionalidad) requieren paciencia, temple, confianza absoluta y foco; aguantar el tipo cuando objetivamente parece que ya no hay esperanza y puede que te ataquen por todos lados, jactándose de ti.
La próxima vez que te parezca que vas acumulando derrotas, recuerda a «nuestro amigo turco» y cuándo realmente termina la partida.
¿Hace un partida de dama oyunu?
OBJETIVO 1: Reconocer (y tener en cuenta) que las primeras impresiones no siempre son las más acertadas.
OBJETIVO 2: Recordar respetar siempre al «contrincante» (a los que nos rodean, por mucho que puedan parecernos que nada pueden aportar).
CATEGORÍA: Zascas sorprendentes (y necesarios).