• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar al pie de página

mandalay

Artículos y destellos para ser cada día mejor.

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto

La flexibilidad del acero

¿De qué está hecha el arma más poderosa?

De papel está claro que no pero, ¿será de piedra? ¿Tal vez de hierro?

Para esta entrada, recupero un pasaje de un libro que, en su momento, me gustó mucho y me resonó otro tanto. Al menos, ese es el recuerdo que tengo.

Se trata de Beatriz y los Cuerpos Celestes de Lucía Etxebarría.

Te cuento que estaba entre dos fragmentos y que, al final, he escogido éste por sorteo.

¿Será que debía ser así? Será.

El pasaje en sí.

«En el principio de los tiempos los hombres utilizaban armas de piedra, que se quebraban con facilidad; pasados los siglos las sustituyeron por utensilios de hierro, que si bien eran mucho menos resquebrajadizos, presentaban la desventaja de oxidarse rápidamente. Y entonces a un herrero se le ocurrió la feliz idea de crear una aleación de metales que llamó acero. Pero el acero, para llegar a serlo, debe pasar por las pruebas de los elementos: primero por el fuego, para fundirse, acto seguido por el agua y por el aire, para endurecerse, y finalmente por la piedra, para forjarse. Y por fin se convierte en una espada de acero, la más resistente de las armas.

—Y supongo —dije yo, irónica—, que la moraleja de la historia es que uno sólo se hace fuerte después de superar todo tipo de pruebas.

—Fuerte no. Fuertes lo eran ya la piedra y el hierro —afirmó ella categórica—. Flexible. Ahí radica la diferencia. No puedes sobrevivir si no lo eres.»

Apuntes finales

¿Te acuerdas cuando te decían (te siguen diciendo) aquello de «Tienes que ser fuerte»?
Pues olvídalo: mejor que ser fuerte, es ser flexible.

Y, encima, es mucho más placentero.
Lo que me recuerda al junco y a su capacidad de amoldarse al viento, doblándose con él, pero manteniéndose erguido.

Apuesto a que a partir de ahora mirarás con otros ojos al acero y al junco.

No desestimes sus fortalezas que, además, son flexibles.

Acero, junco… y tú.

Anterior Validación emocional (II parte): 7 razones por la que es imprescindible
Siguiente La humanidad en Mandariinid (Mandarinas)
  • Todos juntos
  • Conceptos y ejercicios
  • Cajón desastre
  • Cuentos y leyendas
  • Va de peliculas
  • ¿sabes qué? mejor me llevas a los destellos...
nm-logo (web)
Creative Commons License

naliamandalay | Bienvenido | PSYCH-K® | Legalidades | Cookies | Creación de teral30

overlay-nm

  • artículos
  • destellos
  • nalia
  • boletín
  • contacto
Cumpliendo con la Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de la información, te informamos que utilizamos cookies. Si sigues navegando estás aceptando su uso. OK Configuración + info
Política de cookies

Configuración de cookies

Esta web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por el sitio. De estas cookies, las que se clasifican como necesarias son esenciales para garantizar el funcionamiento de las funcionalidades básicas. Las cookies de estadística nos ayudan a conocer más a los usuarios, pero nunca almacena información privada ni datos personales. Recuerda que tienes toda la información en la Política de cookies.
Necessary
Siempre activado
Imprescindibles para que puedas visualizar la web y navegar por ella correctamente. Son también las que permiten que puedas aceptar o configurar las cookies.
Non-necessary
Estas cookies son estadísticas y nos permiten analizar los hábitos de navegación de nuestros usuarios. Y es genial, porque así nos ayuda a identificar qué es lo que más les interesa.
GUARDAR Y ACEPTAR