Yo no soy muy fan de la Iglesia Institucional (y está claro que no ha sido siempre un buen ejemplo para la Humanidad, y que tiene sus trapos sucios y demás) pero el Papa Francisco me parece una persona Rock&Roll (tanto como The Young Pope, que me pareció un personaje brutal, dicho sea de paso). Es más: oportunidad que le doy para sorprenderme, oportunidad que aprovecha (y sin saberlo).
Una de esas oportunidades fue su charla para TED; en este caso, un discurso grabado en el Vaticano que se emitió en la ciudad canadiense de Vancouver [25.04.2017]. Y, claro, me faltó tiempo para buscarlo y averiguar su mensaje, el mismo que hoy comparto contigo (porque, sí, es interesante más allá de las creencias religiosas que tengas, si las tienes).
En su charla, el Papa Francisco reconoce que actualmente el mundo está lidiando con retos importantes para asegurar el bienestar de todos y que es necesario un cambio de rumbo que deje atrás el desperdicio y la obsesión con lo material y que se centre en cuidar al prójimo, recuperando los valores morales y el compromiso al diálogo entre todos.
Quiero resaltar tres momentos recogidos en tres citas:
El primero es sobre la fraternidad.
Qué maravilloso sería si el aumento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiese también con una mayor equidad e inclusión social. Qué maravilloso sería si, mientras descubrimos nuevos planetas, descubriésemos las necesidades del hermano y la hermana que orbitan a mi alrededor. Qué maravilloso sería que la fraternidad, esta palabra tan bonita y a veces incómoda, no se redujese solo a la asistencia social, sino que se convirtiese en la actitud básica en las decisiones a nivel político, económico, científico, y en las relaciones entre personas, entre pueblos, y países. Solo la educación en fraternidad, en una solidaridad concreta, puede superar la ‘cultura del descarte’, que no trata solo de alimentos y bienes, sino ante todo de personas marginadas de sistemas tecnoeconómicos, en cuyo centro, sin percatarse, a menudo ya no está más el hombre, sino los productos del hombre.
El segundo sobre el poder de la esperanza:
Tener esperanza no significa ser optimistas, ingenuos, ignorantes del drama de los males de la humanidad. La esperanza es la virtud de un corazón que no se aferra a las sombras, que no se refugia en el pasado, que no vive a duras penas el presente, sino que sabe ver el mañana. La esperanza es la puerta abierta al porvenir. Es una semilla de vida, humilde y oculta, que con el tiempo se transforma en un gran árbol; es como una levadura invisible que hace levar la pasta, que da sabor a toda la vida.
El tercero, sobre la revolución de la ternura:
¿Qué es la ternura? Es el amor que se acerca y se hace concreto. Es un movimiento que parte del corazón y llega a los ojos, a las orejas, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar las orejas para sentir al otro, para escuchar el grito de los niños, de los pobres, de quien teme al futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, de la Tierra contaminada y enferma. La ternura significa usar las manos y el corazón para acariciar al otro, para cuidarlo.
¿Le das una oportunidad?
OBJETIVO 1: Reconocer cómo te sientes al descubrir el punto católico del «inventado de hoy», sobre todo si no eres alguien de Iglesia.
OBJETIVO 2: Identificar qué acción pequeña, a lo lanzador de estrellas, puedes llevar a cabo en el día de hoy y durante la semana.
CATEGORÍA: Lo sabemos, pero nunca está de más que alguien nos lo recuerde.
[Apunte extra]: la fraternidad, aquello del «todos somos uno» y «somos ciudadanos del mundo», es imposible sin libertad e igualdad (recordemos la divisa «Liberté, Égalité, Fraternité», que su orden será por algo). Una fraternidad sin libertad (de expresión, de prensa, de voto) da lugar a la tiranía y a la esclavitud; una fraternidad sin igualdad es fraude e hipocresía… Quizá habría que recuperar el alma de la Revolución Francesa de una forma más global evitando sus errores. Nada más, para que lo tengamos en cuenta… Esperanza, humildad, libertad, igualdad y fraternidad.