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Artículos y destellos para ser cada día mejor.

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Archivo de junio 2015

La arena y la piedra

Hoy es el turno para una leyenda árabe que me contaron el otro día.

Me pareció súper bonita y de esas que se pueden contar en cualquier momento.

Es una adaptación de una adaptación de una adaptación y a los protagonistas les he decidido llamar Ashrab y Tarek.

El cuento

Érase una vez, dos amigos que andaban por el siempre sofocante desierto. Habían perdido sus camellos y tenían que cargar con todos sus bártulos.

Estaban exhaustos y hartos de un camino que cada día se les hacía más largo.
Era un camino interminable.

Lo cierto es que llevaban más de una semana y no veían el momento en el que podrían, por fin, volver a sus casas.

La comida y el agua escaseaban, les dolían las piernas, tenían la espalda hecha añicos, sus caras estaban totalmente quemadas por el sol…

El camino se estaba convirtiendo en una tortura y, definitivamente, en todo un reto.

Entonces, en un momento de desesperación Tarek empezó a gritar a Ashraf culpándole por la pérdida de los camellos y de la ruta elegida.

No cabía en su furia y, estando fuera de sí, insultándole como nunca antes lo había hecho, plas, le pegó una bofetada.

Ashraf no dijo nada pero sintiéndose ofendido y triste, se sentó y escribió en la arena «Hoy mi mejor amigo me pegó en la cara».

Por la noche, ninguno de los dos podía conciliar el sueño pero seguían sin hablarse.

A la mañana siguiente, Tarek se acercó arrepentido a Ashraf y le dijo:

—Por favor, perdóname. Sé que ayer no me comporté bien contigo…

Y siguieron su camino hasta llegar a un oasis en el que, por fin, podían darse un baño.

Entonces, algo le pasó a Ashraf: perdió el conocimiento y parecía que iba a ahogarse.

Pero Tarek fue en busca de su amigo y le salvó.

Una vez que Ashraf pareció recuperarse del todo, los dos amigos retomaron la ruta hasta que, al cabo de un rato, Ashraf se paró en frente de una enorme roca, sacó su puñal y escribió: «Hoy mi mejor amigo me salvó la vida».

Fue entonces cuando Tarek, preso de la curiosidad, le dijo a su amigo:

—Ashraf, el otro día, cuando te insulté y pegué una bofetada lo escribiste en la arena. Hoy, que te he salvado, lo escribes en una piedra. ¿Por qué?

A lo que el amigo contestó:

—Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribirlo en la arena. Ahí, el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo, pero cuando pasa algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde jamás ningún viento podrá borrarlo…

Momentos de reflexión

Lo sé, es una historia genial.

Y tiene una moraleja bien clara: mejor escribes las heridas en la arena y las cosas buenas, en la piedra.

Pero sí, una cosa es la teoría y la otra la práctica. Me refiero a que seguro que tienes alguna historia por ahí que te costó perdonar y olvidar o que, incluso, de vez en cuando recuperas y sigues sufriendo porque en ese momento la escribiste en piedra.

Lo ideal sería que el cuento te ayudara a coger perspectiva y que cogieras esa misma piedra para hacerla añicos.

¿Trato?

Eso sí: celebra todos aquellos buenos momentos que están escritos en piedra y que te hacen sentirte más vivo.

La pirámide de Maslow, el Complejo de Jonás y la metamotivación

El tema principal del post de hoy era (y es) el Complejo de Jonás pero como me parece interesante relacionarlo con la Pirámide de las necesidades y la metamotivación, te traigo un 3X1.

En los años 40 del siglo pasado, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow formuló una teoría en la que jerarquizaba las necesidades humanas.

Lo hacía en 5 niveles y las plasmaba en forma piramidal.

Seguro que la conoces pero vamos a repasarla un poco antes de entrar en «el tema», porque el Complejo de Jonás está relacionado con una de esas necesidades, la que está más arriba de la pirámide (la necesidad de autorrealización) y por qué necesita una motivación especial (metamotivación).

La Pirámide de Maslow

Pirámide necesidades Maslow

En la parte inferior (los 4 primeros niveles) encontramos las necesidades más elementales y, en la superior (el nivel de más arriba) la necesidad más elevada y última, la de autorrealización.

Los 4 primeros niveles inferiores (necesidades fisiológicas, de seguridad, de realización y de autoestima) se relacionan con déficits que tienen que ser cubiertos.

El nivel superior es una necesidad existencial que se corresponde al deseo de llegar al máximo potencial de uno mismo.

Según Maslow, para llegar a ese último estado las demás necesidades tienen que ser cubiertas.

Y aquí es donde saltaría yo y discreparía con él.

Le diría que, asumiendo eso como cierto, estaría aceptando que el último nivel de su pirámide está solo al alcance de unos pocos elegidos y que me parecería injusto (yo y mi sentido de justicia) que fuera así.

Además, añadiría que su afirmación solo provocaría conformismo y un estado de «yuyu» permanente a aquellos que alguna vez habían soñado ser más de lo que eran, impidiéndoles su momento de grandeza.

Y entonces Maslow me diría: «Eso es exactamente lo que podemos aprender de la historia de Jonás y la importancia de la metamotivación. Por partes…».

Jonás

En La Biblia, Jonás era un profeta de Jehová que recibió una misión importante: predicar en la ciudad pagana de Nínive (en ese momento, capital asiria) y avisar a sus habitantes de que sería la ciudad sería destruida.
Pero ¿qué hizo él? Pues desobedecer. Vamos, que no fue.

Lo que no sabía Jonás es que, hasta que no aceptara el «encargo», el destino le perseguiría para que lo hiciera.
(Lo sé, intrigante).

En una de estas, Jonás viajaba en barco.

Era un viaje horrible: el tiempo estaba revoltoso y había muy mala mar.

Lo que pasó entonces es que la tripulación se enteró de que el temporal era culpa de Jonás (justamente porque no había aceptado su destino) y decidieron abandonarlo en alta mar.

Perdido a su suerte, y por si fuera poco, apareció un enorme pez (o una ballena, nunca me ha quedado claro)… y «glups», se lo tragó.

Entonces, después de 3 días de reflexión en la oscuridad del interior del pez (o de la ballena o del monstruo marino que fuera), solo después de que Jonás se comprometa a llevar a cabo la misión de Jehová, su Dios lo devuelve a tierra firme para que el destino se cumpla

Pero la historia no acaba aquí.

De primeras, la profecía de la destrucción de Nínive nunca llegó a pasar.

Los habitantes se enteraron de que Jehová planeaba castigarles por su maldad con la destrucción de su ciudad, se arrepintieron frente a él y, entonces, recibieron su perdón.

Jonás, al conocer la noticia, se enfadó entonces con Jehová sin darse cuenta de que su misión real (y la grandeza a la que estaba destinado) era justamente salvar a Nínive — y a sus habitantes— de su destrucción y aprender, después, la importancia de la compasión y del perdón.

El Complejo de Jonás

Más allá de su «punto bíblico», el ejemplo ilustra bien el complejo que lleva su nombre : ¿Por qué desobedeció Jonás? ¿Para llevar la contraria a su destino, por fastidiar a Jehová o… por miedo a su grandeza?

Maslow pensó que quizás la respuesta estaba en la última opción y, como me parece sugerente, vamos a dedicarle unas líneas.

Lo que hizo Maslow fue relacionar esa actitud evasiva de Jonás a cumplir su misión a la «huida» que, muchas veces, escogemos ante la responsabilidad de llegar al máximo de nuestras capacidades.

Y es una huida con consecuencias nefastas porque aborta las posibilidades de llegar al quinto y último nivel de la pirámide, que es el mejor: la autorrealización.

Socialmente, es mucho más aceptable y comprensible temer al fracaso pero ¿y si es el miedo a la grandeza el que frena a ser más y mejor? ¿Y si es justamente ese miedo la mayor de las trabas?

¿Sientes que tienes una misión? ¿Esperarás a que te trague un pez gigante para reflexionarlo?

Bueno mejor olvida lo del pez pero pregúntate si haces lo posible para dar al mundo lo mejor de ti y si, sobre todo, te escuchas.

La Metavotivación

Bueno, es de lógica aplastante: para llegar a la cima de la pirámide, tienes que tener una motivación distinta y más sutil que en los demás niveles.

También tienes unas metanecesidades distintas, aquellas que te acercan al conocimiento, a la sencillez, a la creatividad y a la excelencia.

Según Maslow, son 14: unidad, armonía, consumación, justicia, riqueza, esencia, espontaneidad, belleza, bondad, unicidad, diversión, autosuficiencia, verdad y significado de la existencia.

Entonces, ¿qué te metamotiva?

Desde la unidad y el equilibrio, ¿qué puede acercarte a dar lo mejor de ti?

Apuntes finales

Te voy a proponer que te pares un segundo para identificar dónde estás y qué sientes.
¿Es ese «lugar» acorde a ti y a esa grandeza que tienes?

Haz caso a Maslow:

“Si tú planeas deliberadamente ser menos de lo que eres capaz de ser, entonces te aviso que serás infeliz por el resto de tu vida”. — Abraham Maslow

Por supuesto busca el equilibrio entre tus anhelos y tu realidad pero no dejes que esta última aniquile ninguno de tus deseos.

Y, en momentos de flaqueza, si eso, recuerda a Jonás.

Fotografiando mi plato de sopa

… ¿O es una crema de langosta? Ah, no, es un gazpacho de cítricos con aroma de romero y un toque de trufa, mucho más trendy y experimental.

Estamos en un momento el que la sociedad parece tener una necesidad imperiosa de inmortalizarlo todo.

Aunque no queda ahí porque el objetivo final es compartirlo en algunas de las redes sociales del momento.

Y es que si no, el gazpacho parece que no sepa tan bien.

El móvil ha convertido en cámara y en una extensión extra del cuerpo, siempre atenta y dispuesta a la inmortalización de un evento.

Yo me pregunto ¿No es suficiente con degustar cada cucharada y compartir el momento con los que acompañan en la mesa?

Definitivamente, para reflexionar un rato.

jean-jullien

OBJETIVO 1: Pregúntate qué te dice la ilustración.
OBJETIVO 2: ¿Eres de aquellos que lo fotografían todo? El hecho de hacerlo, ¿te hace sentir de una manera especial?¿Recuerdas cuándo no había móvil ni redes sociales? ¿Has cambiado mucho desde entonces? Si te gustas y te sientes bien, no problemo pero, si no es así, ¿añoras algo?
AUTOR: Jean Jullien
CATEGORÍA: Ilustraciones para la reflexión.

El hombre en el ruedo

Hoy el «invitado» especial es Theodore Roosevelt y la parte más inspiradora —y conocida— de su discurso Ciudadano en una República, una disertación que ofreció en la universidad parisina de La Sorbona el 23 de abril de 1910.

Tiene más de un siglo a sus espaldas pero su mensaje es del todo vigente y coincide justamente en lo que pretendo yo con este blog: que te pares a pensar un rato e identifiques qué ideas, pensamientos, valores, emociones, sentimientos y comportamientos te mueven en la vida.

Te invito a leerlo y, cuando acabes, a preguntarte si das lo mejor de ti, si dejas que te guíen tus ideales, si mantienes tus valores y cuál es tu grado de compromiso con tu «yo» futuro.

Para aportar algo más que un simple «copia y pega» del fragmento de Roosevelt he hecho una adaptación de género. Lee el que te corresponda y nos vemos en el ruedo.

El hombre en el ruedo

«No importan las críticas; ni aquellos que muestran las carencias de los hombres, o en qué ocasiones aquellos que hicieron algo podrían haberlo hecho mejor.

El reconocimiento pertenece a los hombres que se encuentran en el ruedo, con los rostros manchados de polvo, sudor y sangre; aquellos que perseveran con valentía; aquellos que yerran, que dan un traspié tras otro, ya que no hay ninguna victoria sin tropiezo, esfuerzo sin error ni defecto.

Aquellos que realmente se empeñan en lograr su cometido; quienes conocen el entusiasmo, la devoción; aquellos que se entregan a una noble causa; quienes en el mejor de los casos encuentran al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasan, al menos caerán con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso».  —Theodore Roosevelt

La mujer en el ruedo

«No importan las críticas; ni aquellas que muestran las carencias de las mujeres, o en qué ocasiones aquellas que hicieron algo podrían haberlo hecho mejor.

El reconocimiento pertenece a las mujeres que se encuentran en el ruedo, con los rostros manchados de polvo, sudor y sangre; aquellas que perseveran con valentía; aquellas que yerran, que dan un traspié tras otro, ya que no hay ninguna victoria sin tropiezo, esfuerzo sin error ni defecto.

Aquellas que realmente se empeñan en lograr su cometido; quienes conocen el entusiasmo, la devoción; aquellas que se entregan a una noble causa; quienes en el mejor de los casos encuentran al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasan, al menos caerán con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso». —Theodore Roosevelt

Y tú, ¿estás en el ruedo?

 

Everything counts (versión en familia)

Déjame contarte una historia.

Había una vez en Colombia un joven enamorado de la música de Depeche Mode.

En 2010, algo más mayor y con hijos, colgó un vídeo en youtube en el que hacía una versión de Shake The Disease .

Su apuesta no pasó desapercibida y se convirtió en viral.

Lo hizo por dos razones:

1) Dicken utilizaba material reciclado y juguetes como instrumentos.

2) En la versión, le acompañaban sus dos hijos, Milah y Korben (por aquel entonces, de 7 y 4 años) que ponían todo su empeño e ilusión en hacerlo requetegenial.

Y bueno, tuvieron tanto éxito que, al final, crearon una banda familiar y fueron colgando más versiones de la banda favorita de Dicken.

DMK juega con dos significados: las siglas de los 3 integrantes de la banda y Depeche Mode for Kids, como una manera de acercar la música de este grupo de los 80 a las nuevas generaciones.

En esta ocasión el destello no es por la letra si no por esa iniciativa de un padre que un día hizo una mezcla perfecta de sus 3 grandes pasiones: sus hijos, la creatividad y su banda favorita en la adolescencia.

Si no los conoces ya, te presento a la familia Schrader: Dicken, Milah y Korben, y su versión de «Everything counts».

OBJETIVO 1: Disfrutar de la iniciativa de Dicken.
OBJETIVO 2: ¿Se te ocurre algo parecido para hacer en casa con los tuyos?
ARTISTA: DMK.
CATEGORÍA: Música en Familia

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