Hace unos días murió Pau Donés, el alma de Jarabe de Palo.
Nunca fui muy especialmente fan de su música, y sabía de su enfermedad (llevaba arrastrándola ya por algunos años y lo había hecho público desde que se enteró), pero reconozco que la noticia me dio pena, mucha pena.
Al fin y al cabo, aunque sus canciones, a priori, no formarían parte de la banda sonora de mi vida (al menos, no de un hipotético primer CD, incluso si fuera doble) sí que las conozco y siempre me han despertado una sonrisa.
No sé, como que Pau daba buen rollo.
Y llevaba 20 años de canciones que siempre han estado ahí y que, en mayor o menor medida, hemos escuchado todos.
Supongo que podríamos concluir que, incuso si «Los jarabe» no forman parte directa de nuestras bandas sonoras, Pau y su troupe han puesto música a estas dos últimas décadas. Y de ahí el punto nostálgico, ese que nos recuerda el inexorable paso del tiempo y «que aquí estamos de presta’o», así que mejor vivir de la mejor forma posible.
La historia es que esta semana tocaba un destello musical y he pensado que Pau tenía que ser el protagonista.
Además, me lo ha puesto fácil: su última canción, lanzada solo unas semanas antes de su fallecimiento, es paradójicamente, un canto maravilloso de agradecimiento a la vida y a su hija, a la que se ha dedicado (para disfrutarla) estos últimos años.
Ya ves, hasta el último momento, regalándonos letras bonitas y positivas… ¿cómo no cederle hoy el espacio?
Y es que Pau, al igual que hiciera antes Freddie Mercury con These Are The Days Of Our Lives (que tampoco presagiaba lo mejor, aunque uno no se lo quisiera acabar de creer) quiso despedirse haciendo lo que más le gustaba.
Fíjate, incluso me atrevo a adivinar que quiso dar un paso más y regalar un último guiño: que el escenario de su despedida coincidiera con el de su presentación, desde una azotea.
Objetivo 1: Disfrutar de la canción: de su letra y también de su energía. Grandioso legado el que nos deja Pau. La muerte está aquí y convive con nosotros, pero, más allá de los pesares, qué maravilla haberse podido despedirse así de ella así, de una manera tan consciente y tan bonita, ¿no crees?
Objetivo 2: Hacerte una lista de canciones positivas, de esas que te ayudan a tomar perspectiva y valorar lo que tenemos, que nos quejamos mucho (¿quizá demasiado?).
Categoría: Canciones que son caricias para el alma.